Nuestro cerebro está dividido en dos hemisferios; el izquierdo y el derecho.
El hemisferio izquierdo es el que maneja la lógica, el razonamiento, lo lineal, es estratégico, realista, analítico y matemático. En cambio, el hemisferio derecho es el aventurero, apasionado, divertido, arriesgado, artístico, creativo, poeta con espíritu libre.
Si embargo, son necesarias las conexiones entre ambos hemisferios para que la información pase a la memoria de largo plazo y que no sucede lo que nos ha pasado a mucho que se nos olvida lo estudiado, o que lo retenemos solamente por algunos días y después ya no recordamos nada.
Esto sucede debido a la técnica de estudio que se utiliza tradicionalmente: la repetición. Dicha técnica es mucho más tardada para que la información pase de la memoria de corto plazo a largo plazo.
Lo ideal es combinar las características de ambos hemisferios de nuestro cerebro, pero ¿Cómo lo hacemos?
Simple, al estudiar es importante relacionar el aprendizaje que se quiere lograr con alguna emoción, de preferencia felicidad. La imaginación es super importante, ya que permite visualizar imágenes pintorescas que permitan relacionar el contenido que se esta estudiando. Por ejemplo:
Si quiero recordar el nombre de una persona, como María Flores Arreaga puedo imaginar a alguna otra María que yo conozco (es un nombre muy popular, por lo que de seguro conoces una) con flores en la mano y montada en un caballo diciendo «Arre, Arre».
La formula es muy sencilla:
